Catálogo en línea

Los propósitos son tan diferentes como diferentes somos las personas. A lo mejor tu propósito es tu familia, o tal vez tu pareja o cuando lo reconociste, cuando nació tu hijo o tu hija. Tal vez se concentra en el trabajo que desempeñas o una actividad específica que de repente aparece en tu vida, como bien pudiera ser en el ámbito professional cuando se te asigna una responsabilidad y ahí te das cuenta de lo que puedes aportar. Pero el propósito puede incidir tanto en las personas como en las organizaciones y esto se amplifica cuando se cuenta con un liderazgo genuino, entendiendo al liderazgo como un privilegio, porque le permite a la persona servir. Por ello, el liderazgo apoya para que se pueda hacer algo mejor. El liderazgo ayuda y coadyuva a hacer realidad el propósito. Le permite a la persona el crecer y desarrollarse e impulsar el crecimiento y desarrollo de las personas a las que dirige. Sin embargo, el líder no es aquel al que hay que rendirle cuentas, pues el líder está más bien para rendir cuentas, por lo que los liderados igualmente tienen que acostumbrarse a exigirle cuentas a su líder. De ahí que un líder piense más en los demás que en sí mismo.